viernes, 3 de septiembre de 2010

LOS PRADOS DE MI GLOSA

LOS PRADOS DE MI GLOSA DE INES DEL CASTILLO
Por Herminia D. Ibaceta

Los Prados de mi Glosa, es un libro de poemas tan sentido como hermoso. Su lec-tura nos permite palpar, no sólo el alma de nuestro Apóstol sino también la de su autora, la reconocida poetisa cubana Inés del Castillo, quien en esta entrega, une a la de Martí su enorme sensibilidad y su inquebrantable amor por la Patria lejana.
Se compone este poemario de dos secciones complementarias: “Glosando con Martí” y “Los Prados de mi Glosa” , con los que la autora crea un conjunto poético de indiscutible valor literario, un trabajo pleno e inspirador, un nuevo aporte a la literatura, en especial, a la escrita por cubanos exiliados.
Desde cualquier ángulo que se analicen estos versos, puede el lector constatar el valor antes apuntado. En ellos, no sólo resalta la perfección de la décima o espinela, (es- trofa empleada), sino la dignidad y el lirismo de un lenguaje, que en todo momento, está a la altura del de los versos glosados. Y es que la inspiración que los mueve, tiene su base en el amor, en la emoción y el sentimiento. Estas glosas son pura poesía, en ella se cumple, plenamente, lo que afirmaba Martí: “Se hacen versos de la grandeza, pero sólo del sentimiento se hace poesía. (261).#1
Al glosar a Martí, nuestra poetisa, glosa palabras y sentimientos. Baste citar la dé-cima en la que parafrasea los siguientes versos sencillos: “Mi verso es de un verde claro/ y de un carmín encendido:/ Mi verso es un ciervo herido/ que busca en el monte amparo/. Porque al decir: (Verso que al alma camina/ por el cósmico portal,/recogiendo un madri-gal/ de primavera y espina./Ala fiel de golondrina/ vestida en fuego preclaro,/verso que rueda en un aro /amo de un sueño de amor./ Si el verso tiene color/ mi verso es de un ver- de claro).está Inés hablando de su propio verso que encierra, según dice, un madrigal de primavera y espina. La primavera a la que alude, no es más que el verde frescor del verso de Martí. La espina, el carmín encendido del verso del Apóstol.
Igual correspondencia podemos encontrar en: “Mi verso es un ciervo herido/ que busca en el monte amparo/, de Martí, con: “ El mustio penitente y el eco doliente” de los versos con los que nuestra poetisa pone fin a esta glosa.
No puedo dejar de transcribir la décima en que, a mi juicio, Del Castillo, al glosar a Martí, expresa la verdadera e íntima esencia del alma de nuestro Apóstol, cuando dice:
“Martí, fuego y mano franca,/ Martí, sangre y vena rota:/ alma flameante que trota/ en pos de una “Rosa Blanca’,/ Fuerza, dolor donde arranca-/en este mundo diverso-/aquel justo, rayo terso/ de luz en su corazón,/ para gritar su razón:/”!Soy el amor, soy el verso”/(27)
En “Raíces”, introducción a la segunda sección de este envío, Inés del Castillo re-clama a su propia alma: “Alma mía, caminemos hacia el oro-rosa que se mueve sobre el verde inmortal de palma y de fronda (60).#2. Describiendo así, el encanto de aquel paisa-je en el que encuentra, según clama: “La imagen de la luz, el verde y el azul.(60) #3. En el poema La Dolorita expresa Inés: Guardo mis versos medidos/ donde la siento tan mía…/con un radiante latido/ de llanto en prosa cautiva. (66)
Así, con el alma suspendida en el recuerdo, en el bullir de la sangre, en las brumas de la distancia, en el sueño del amor, en el vuelo de las ideas, revive, en las décimas de esta parte del libro, el significado vital de la palabra “Patria”. El sentimiento vivo toma en ellos palabra y en un verdadero caudal de intensas imágenes, logra llevar tras sus ver- sos el alma del que los lee.

N O T A S:
1. Alvarado, Adalberto. El Pensamiento Martiano. Diccionario. Miami: San Lázaro Printing, 2000, Pág.,261
2. Del Castillo, Inés. Los Prados de mi Glosa. Perú: Urpi Editores, 2009, Pág. 60
3. Ibid., Pág. 60
4. Ibid, Pág. 60
5. Ibid, Pág. 66
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